En el deporte de resistencia o de fondo, juegan un papel muy importante, tanto la motivación como la capacidad de superación de los obstáculos. Es imprescindible una buena preparación física, en la que nos sintamos seguros de llevar a cabo la prueba con más o menos certeza de éxito, pero esto no lo es todo; la motivación, capacidad de resistencia psicológica y de superación de las adversidades son el núcleo principal para terminar con éxito.
El éxito no reside en terminar con la mejor marca, ni con el mejor puesto en el ránking. El éxito tiene que ver más con las expectativas que uno mismo se fija y si, al final, han sido superadas o no. Empecemos a hablar de los puntos clave a trabajar desde el punto de vista de la preparación personal ante una prueba física de alto rendimiento:
Motivación
La motivación es la fuerza que nos impulsa a avanzar, o a comenzar una empresa o un propósito. Pero en el deporte de resistencia, la motivación determinante es la intrínseca (por qué haces la maratón?; qué esperas conseguir personalmente?; qué fuerza te mueve a hacerlo?), y en cambio la motivación extrínseca poco o nada importa aquí (qué esperan los demás?; qué pensarán los demás de mi resultado?). La primera parte del proceso de resolución con éxito de la prueba es trabajar la motivación intrínseca. Reforzar esas preguntas, y sus respuestas. Repetirlas como un mantra, como algo que hemos interiorizado de forma natural, transformar esas preguntas y respuestas en la verdadera motivación, en la verdadera fuerza que nos haga no flaquear.
Proceso conductual
El proceso de conducta comienza en el pensamiento, continúa en la emoción y acaba en la conducta manifiesta. Durante la prueba serán muchos los pensamientos que nos vendrán a la mente; al comenzar la prueba, euforia, que tenemos que saber gestionar. Es imprescindible no dejarse llevar por el sentimiento de éxito previo, que desgasta todo el proceso de motivación. Hay, en el momento de la euforia inicial, que ajustar el nivel de éxito futuro con el de éxito presente, es decir, seguir teniendo como expectativa el buen resultado de la prueba pero ajustarla al momento de inicio. Pasado este momento de euforia, llegan los primeros síntomas de cansancio físico, en los que inmediatamente hay que activar el proceso de motivación intrínseca mencionado anteriormente. Pasado este llega la meseta, la “monotonía” dentro de la prueba; y aquí lo más aconsejable es no pensar precisamente en la prueba, engañar a tu propia mente para que siga avanzado, aquí piensa en el después, en el final, sin ansiedad, sino con alegría. La parte final, la de los últimos kilómetros es la más fácil de gestionar, sólo basta dejarse llevar por la euforia, ahora sí, y por la satisfacción del trabajo bien hecho.
Superación de los obstáculos
Debes sentirte seguro y preparado. Más que “deber sentirse”, tienes que saber que estás preparado. En las pruebas de resistencia, ha habido un trabajo previo, en el que la mente ha tenido tiempo de sobra para prepararse, al igual que el cuerpo. Esto no asegura que no haya imprevistos ni momentos de “tirar la toalla”. Ante el primer síntoma de fatiga psicológica, además de activar el proceso motivacional intrínseco, hay que usar los reforzadores. ¿Puedes asociar una canción a la superación del obstáculo? Refuerza eso. ¿Puede una frase, una palabra, hacer que se activen los mecanismos de superación de obstáculos o de reducción de la fatiga? Refuerza eso. Hay que buscar reforzadores dentro de uno, que nos aseguren “cambiar el chip”, despistar a la mente consciente, y hacerla pensar en otras cosas, en otros momentos, en otras situaciones. Aunque no se sigan estas pautas, el obstáculo podría ser superado igualmente, pero lo que realmente importa no es la superación del obstáculo en sí, sino cómo ha sido superado ese obstáculo, porque nos hará reforzar la idea de que el siguiente obstáculo o fatiga mental, será seguro superado, reduciendo así el nivel de ansiedad y de la propia fatiga mental.
Rivalidad
Es inevitable observar a otros participantes de la prueba, ver su nivel de preparación. Pero en el alto rendimiento, la batalla es contra uno mismo. Y a la misma vez, por tanto, tú mismo eres tú único aliado también. Usa todos los recursos y reforzadores a tu alcance, trabaja mucho en los días previos el proceso motivacional, y sobre todo en las horas previas a la prueba deja tu mente a otras cosas. Da un paseo, ve al cine, descansa; no “canses” a la mente con la idea redundante de la prueba, no hagas que tu mente vaya predispuesta a la fatiga. La rivalidad con uno mismo siempre es la más difícil de gestionar; es más importante aquí el trabajo previo que el día de la prueba. Antes de que llegue el día, tienes ya que haber ganado la batalla contra ti mismo, y haberte convertido en tu aliado, generando seguridad, trabajando y siendo constante.
El éxito
El éxito tiene que ver más con las expectativas previas. El éxito no tiene el mismo significado para todo el mundo, por tanto hay que preguntarse primero: cuando consideraré que tendré éxito en esta prueba? Al ganarla? Al quedar entre los 50 primeros? Al acabarla? Al haber aguantado más de lo que creía? Si uno tiene claro cual es su umbral del éxito, será mucho más fácil el uso de reforzadores emocionales y motivacionales durante la prueba, de la superación de los obstáculos y del concepto de rivalidad.
La resistencia
La resistencia física depende del entrenamiento previo, y de las propias condiciones físicas; la psicológica no es diferente. Depende de haber encontrado los reforzadores precisos, de saber que tocando esa tecla podrás seguir adelante, de que cuando la fatiga llegue sepas que mecanismos cognitivo-emocionales usar para hacerla desaparecer o al menos mitigarla. Por eso es tan importante llegar a la prueba con reforzadores que sepan que van a ser efectivos en cualquier caso, en cualquier fatiga. Es necesario, al igual que saber qué ejercicios de calentamiento hacer, cómo preparar la mente en el momento previo: gestionar la euforia, tener a mano los reforzadores motivacionales, pensar en tu éxito, y avanzar. No tienes que resistir a la prueba, tienes que resistir a la fatiga psicológica, a las ganas de no seguir, y para ello, tienes que tener, repito, a los reforzadores muy bien educados.
En síntesis, una buena prueba de resistencia tiene más probabilidades de finalizar con éxito, al margen de la preparación física previa, si tienes claro dónde reside o residirá tu éxito, ser consciente de que rivalizas sólo contigo mismo, encontrar los reforzadores que sabes que te sacarán de cualquier fatiga mental, gestionar adecuadamente la euforia, mermándola cuando sea excesiva y enfocándola a otra parte, o alimentándola cuando sea escasa (mediante la motivación intrínseca). Nadie tiene la clave para terminar nada en la vida como se propone, pero por eso hay que tener la capacidad de adaptarse a los imprevistos y usar salvavidas que te hagan seguir, y esto, sólo se consigue marcando metas a corto plazo, o en este caso, metas de 10 Kilómetros en 10 Kilómetros. Cuando hayas superado la primera meta, los primeros diez, recompénsate, motívate intrínsecamente, permítete la euforia, un instante, y resérvala para la siguiente meta, para los siguientes diez. Eso sí…… A ganar!!! 🙂
@MarianoBeltran